La proyección consiste en un «sin-fin» de diapositivas que alternan imágenes de interiores de casas «viejas», con todos los rastros de sus moradores pero en ausencia de estos, y palabras que abren distintas líneas de sentido.
Palabras relacionadas con aspectos problemáticos de la rehabilitación, como la expulsión y la pérdida; o como el camino que conduce a ello, la responsabilidad, el deterioro y la ruina. Pero también relacionadas con el sentido de «la casa»: vivienda, identidad, redes de apoyo, relaciones.
Para la proyección se elige un solar que reune las condiciones típicas de la presión inmobiliaria. En él se había alzado un edificio «noble» venido a ruina por abandono. Tras años de estar vacío, durante un corto período es okupado como vivienda y finalmente es derruido.
En el momento de la intervención, el solar lleva cuatro años sin que se haya hecho uso de él, en espera de la revalorización que producirá la rehabilitación del entorno.
La proyección se realiza desde la vivienda de particulares que alquilan. El proceso de toma de contacto con la familia forma parte de la propuesta: la intervención como catalizador de la memoria del lugar y el establecimiento de nuevas relaciones y nuevas líneas de sentido.
Así la pieza se propone también como metáfora del evento singular que se está produciendo en el barrio durante las jornadas.